Me levanté decidida, sequé mis lágrimas y grité a los cuatro vientos que yo estaba bien. Que no existía la palabra derrota en mi diccionario, que no había amor que me diera vuelta al revés, que no había dudas de que mi corazón ya no era frágil. Con una sonrisa y la mirada iluminada que reflejaba un par de decisiones, llamé a todas aquellas personas que alguna vez me llamaron cobarde, a todas esas personas que pasaron por encima de mi ego para que yo me cayera y no me levantara nunca. A todas esas personas que alguna vez se ocuparon de robarme lagrimas, les dije, que aquí estaba yo. Otra vez de pie. Siendo fuerte. Sin remedios, sin anestesias, sin doctores, sin canciones, sin palabras de consuelo, sin espejos maquillados. Sola estaba, allí. Era otra vez yo. Y me sentía fuerte.

espero que esto funcione!: